La fotografía como coreografía: red de afectos y efectos; esto es, cuando la tecnología es comprendida no como un gadget, sino como un dispositivo complejo inserto en un sistema de procedimientos y disciplinas que dan forma a lo político. O lo que es lo mismo: Como Vivian Galban, en esta ocasión más inductora y cómplice que autora, empuja el lenguaje fotográfico a un campo de agencia colectiva, a un hacer en común, que hace foco en la idea de performatividad.
Alfredo Aracil
Febrero 2019, Buenos Aires, Argentina